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TALLER DE NARRATIVA. Cómo construir una novela (7ª parte)

Taller de narrativa impartido por F. MORALES LOMAS.

F. Morales Lomas, 1957, Campillo de Arenas (Jaén).

ESTILO LITERARIO DE LA NARRACIÓN

Sería el conjunto de rasgos que determinan su forma de expresarse. Posiblemente claridad y fluidez son dos elementos muy importantes.

Pero sobre todo la importancia del estilo radica en su eficacia y en crear una fortaleza en su conformación.

Tradicionalmente se decía que el estilo necesitaba de una serie de virtudes: adecuación al asunto (Aristóteles habla de estilo grave, medio y humilde), la corrección léxica y sintáctica, la claridad y un cierto “adorno” en la expresión.

Debe existir un acompasamiento entre estilo y contenido, entre fondo y forma. Algunos escritores que han conseguido este acompasarse pueden ser Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Luis Mateo Díez, Antonio Muñoz Molina, Antonio Soler, Javier Marías o Almudena Grandes.

Un hecho que determina mucho el estilo es el uso de los adjetivos, de los adverbios o de las metáforas. En este sentido, lo más recomendable es imitar y seguir la lectura de los autores que admira.

Como caso curioso que nos demuestra las ramificaciones del estilo, está el libro de  Raymond Queneau Ejercicios de estilo, donde desarrolla una intrascendente y trivial historia en apenas media página y aplicando una idea-concepto a la historia la reescribe de 99 maneras distintas, a cual más creativa.

Podemos encontrarnos con estilos enfáticos, donde hay una llamada constante de la atención al lector, aunque no haya necesidad; o monótonos, faltos de vocabulario, reiterativos, sin riqueza verbal o expresiva, sin vida, sin capacidad de creación; otros son de corte filosófico, pues el autor quiere que sepamos en cualquier momento su relación con el tema; hay otro retórico o retórico-poético, por ejemplo, Francisco Umbral lo practicó mucho en su narrativa, sobre todo en Mortal y rosa.

Cuando el adorno es natural o expresivo tiene una enorme validez, pero cuando se cae en el exceso se vuelve retórico.

En otras ocasiones encontramos el estilo asertivo, es decir, que afirma mucho pero sin matizar nada, sin usar expresiones o frases que expresen matices, sensibilidades o sutilezas; también tenemos el estilo formal, aquel que más parece para escribir un texto informativo o escolar, solo transmite información sin ningún tipo de literaturización, uso de simbología, metaforizaciones o recursos connotadores que tan importantes son para darle más expresividad a una obra.

En ocasiones nos encontramos con un estilo imitativo que parece falso porque nos suena a otros autores. 

El estilo principal es el propio, el que uno es capaz de crear y lo identifica con la persona, con el escritor. Si bien es verdad que en función del tipo de obra podrá requerir uno u otro estilo. Por ejemplo, en la narrativa negra generalmente el estilo es menos barroco, más directo, más formal; en cambio en la lírica es mucho más connotativo y con todo tipo de recursos formales.