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TALLER DE NARRATIVA. Cómo construir una novela (5ª parte)

Taller de narrativa impartido por F. MORALES LOMAS.

F. Morales Lomas, 1957, Campillo de Arenas (Jaén).

PERSONAJES

Muchas obras son recordadas por sus personajes. De ahí la gran trascendencia en su creación y la importancia de crear unos personajes sólidos y con proyección universal.

Elegir bien el personaje puede resolver toda la obra, como sucede en las de Kafka, por ejemplo, en El proceso con Josef K.; o en Crimen y Castigo con Raskolnikov.  La Regenta de Clarín o Santos Banderas en Tirano Banderas de Valle-Inclán.

Son personajes que ya crean de por sí la obra. Hay que dar muchas vueltas sobre este asunto y configurarlos bien. Soñar con ellos, visualizarlos.

Pero lo cierto es que debemos tener claro cómo es cada personaje, física y psíquicamente para evitar errores en el proceso de configuración. De ahí la necesidad de tener una ficha con elementos esenciales: detalles que los caracterizan, manías, actos que hacen con frecuencia, dónde viven, cómo piensan, cómo hablan o reaccionan…

Podemos mostrarlo directamente a través de su descripción o de los datos que ofrece un personaje o el propio narrador. O lo podemos hacer indirectamente a través de reacciones, gestos, comentarios…

Es, por tanto, esencial que dibujemos y comprendamos lo mejor posible a nuestros personajes, para que no caigan en incoherencias o, lo que es peor, en comportamientos que el lector podría encontrar extraños, sobre todo un lector observador. De ahí que lo esencial es darles verosimilitud (como decía Aristóteles en su Arte poética) porque de lo contrario no los tomarán en serio. 

Tipos de personajes

Los principales pueden ser protagonistas y antagonistas (o sea, los que se oponen al logro positivo), aunque esto sería para simplificar, ya que el asunto es mucho más complejo.

Los  personajes secundarios crean una mayor densidad y complejidad a las obras, así como una mayor consistencia a la narración. Habitualmente son complementos del personaje principal, aunque poseen su impronta y han de ser definidos con una personalidad propia, con la misma importancia que la de cualquier otro.

Personajes ocasionales: son personajes que no tienen una presencia permanente en los hechos. Su participación es un recurso para ordenar, exponer, relacionar y también retardar el desarrollo de los acontecimientos.

Los planos o estáticos presentan solo un rasgo destacado. Se les reconoce por una sola cualidad, no presentan más que un aspecto de su existencia. Son predecibles, sin contradicciones ni cambios. Normalmente, se construyen a partir de un único rasgo.

Los personajes redondos o dinámicos son aquellos que poseen una mayor altura literaria y una evolución en la obra. Son personajes a veces contradictorios, que se equivocan, se contradicen, tienen dudas… más parecidos a cualquier ser humano más cercano al personaje redondo que al estereotipo del plano.

Pero siempre debemos tener en cuenta que los personajes de un relato van construyéndose lentamente, a medida que intervienen, hablan o actúan. Y somos nosotros los que debemos hacerlos llegar a la mente del lector a través de un carácter y una forma de comportamiento, a veces a través de anécdotas, gustos, o sensaciones.