Por Paloma Fernández Gomá
Al hilván que traza la luna
María Jesús Fuentes
Poesía Hiperión 2023
Si Publio Ovidio Nasón en su en su Arte de amar ofrece recomendaciones sobre el cortejo y el Kamasutra nos dirige en el arte de la seducción y cómo hacer el amor; nos encontramos ante la deriva del acontecer amoroso de muchos años atrás y deducimos que el arte en el deseo y la entrega que nos ofrece el amor no es materia en desuso, al apostar por cómo se construye el amor en el dialogo versificado de amantes por el que apuesta nuestra autora, María Jesús Fuentes, en su más reciente libro “Al hilván que traza la luna” , donde se deshojan las páginas del amor y se desvelan poemas henchidos de deseo, en el rescoldo de una relación, el cortejo de unos versos, la seducción de la palabra o el arte de amar como vínculo de unión entre las personas que sostienen esa llama encendida que no conoce el paso del tiempo y que es capaz de trepar por las luces del insomnio o el despertar que ahuyenta el vacío de una noche.
María Jesús Fuentes argumenta su libro con cincuenta y cuatro poemas, que ante situaciones o personajes, tiempos o historias, siempre se halla en Él y en Ella, en Jane y en Tarzán o en Otelo y Desdémona el inicio de ese ritual atávico de verso y amor trenzados en poemas.
María Jesús nos ofrece la aseveración de encontrar una misión coherente que le corresponde a la palabra en el tercio más adverso o favorable que nos lleva hasta el amor. Así interpela Jane Eyre a Edward Rochester: “ Si me hubieran dicho/ que estaba loca/ y que te engañaron/hubiera asaltado la torre/ como un caballero andante…”
Y Dulcinea se dirige a Don Quijote: “a mí, que sin ninguna primavera bajo las faldas,/siento ahora que soy una nube en el cielo/ dibujada con el sueño de un loco…”
Tarzán quiere atraer la atención de Jane:
recorro lla selva como un rey
para llevarte los primeros frutos
y el agua cristalina,
para verte,
con tu falda corta, con el pelo suelto,
para que me veas pasar. (pág.40)
Penélope se sincera con Ulises: “No puedo destejer las raíces del tálamo./ Se enredan entre los recuerdos/y avanzan como la hojarasca/agitándose hasta el peñasco entre remolinos/como el limón que me dejaste en la boca./Se decolora mi labor/y deshago el bordado azul/que me aleja de tu torso robusto/de capitán errante/para que, cubando vuelvas,/lo encuentres intacto”.
Su amor incondicional y sin tiempo es vestigio de una época anterior, que recupera nuestra poeta para anunciar hasta donde pueden volar las alas del amor.
El leitmotiv del libro es buscar la conexión, no entre los personajes sino entre la autora con sus lectores a través de los versos de los personajes de los poemas, que apaciguan el tiempo de amar entre las páginas de “Al hilván que traza la luna”, un libro de armonías al dictado del corazón.