Como hebras de agua, del libro “Azul es el color de los desheredados” (2004)| Por Martín Torregrosa
En la oscuridad, perseguía las luces con la mirada borrosa y anhelante. No fue posible el alba.
En la oscuridad, perseguía las luces con la mirada borrosa y anhelante. No fue posible el alba.