LA METALITERATURA COMO HOMENAJE EN INTERTWINAD STORIES

En 155 páginas desarrolla cinco textos que oscilan entre la narrativa propiamente dicha y la prosa poética. Cada texto, tal y como advierte el autor en el Prefacio,  adopta una expresión literaria diferente: sé que las apreciarás en las dis­tintas formas que cada una ha adoptado, en el afán de cada una de recordar y recoger distintos géneros y tradiciones de nuestras letras, es decir, en su justa medida y entendiéndolas como lo que son y han de ser: una creación estética, no una confesión moral.

Por Inmaculada García Haro

CUENTOS EUROPEOS(Ed. Círculo Rojo, 2022)

Francisco Miguel Vera Cervera

Francisco Miguel Vera Cervera(Granada, 2000), graduado en Literaturas Comparadas por la Universidad de Granada, en su última publicación, Cuentos europeos (Ed. Círculo Rojo, 2022) nos ofrece un excelente ejercicio de metaliteratura en el que se traslucen sus principales líneas de investigación: la narrativa rusa, la lírica italiana del trecento y la literatura inglesa medieval, siendo la narrativa de Gógol objeto esencial de su interés.

En 155 páginas desarrolla cinco textos que oscilan entre la narrativa propiamente dicha y la prosa poética. Cada texto, tal y como advierte el autor en el Prefacio,  adopta una expresión literaria diferente: sé que las apreciarás en las dis­tintas formas que cada una ha adoptado, en el afán de cada una de recordar y recoger distintos géneros y tradiciones de nuestras letras, es decir, en su justa medida y entendiéndolas como lo que son y han de ser: una creación estética, no una confesión moral. Sin embargo, este factor no influye en la cohesión narrativa, dado que hay un hilo argumental en todo el libro; los diferentes personajes aparecen esparcidos en todos los relatos de tal modo que podríamos hablar de diferentes capítulos de una misma historia.

El primero de ellos, Lo que una vez fue -una burla-, puede entenderse como un homenaje a la literatura romántica. Es un texto en prosa  con todos sus ingredientes, inspirado en personajes de la obra Fausto de Goethe o de El retrato de Dorian Grey de Oscar Wilde, con gran influencia de la literatura gótica por su atmosfera oscura y sobrenatural. Pero, sin duda, la influencia de Edgar Allan Poe y de su admirado Nikolái Gógol, considerados, para muchos, los padres del cuento moderno, queda patente en este relato y en el argumento que unifica todo el libro. Las vidas paralelas de ambos escritores es una curiosa casualidad dada su extraña sincronía cronológica. Poe nació en Boston el 19 de enero de 1809 y exactamente 70 días después, el 1 de abril, Gógol vino al mundo en la aldea ucraniana de Sorochinsti. Ambos murieron delirantes. Poe era alcohólico y adicto al láudano, y Gógol, cuya obra Almas muerta se considera la primera gran novela rusa, fue afectado por una droga igualmente dañina: el fanatismo religioso y el delirio místico. Poe murió en Baltimore a causa de una crisis de delirium tremens a los 40 años de edad. Dos años y medio después, el 4 de marzo de 1852, murió Gógol en Moscú, después de arrojar a la hoguera su inconclusa novela Almas blancas. Ambos se hermanan en el elemento onírico y en la sombra de la locura acechando a sus personajes, al igual que el protagonista de este cuento, Johannes Haggard, que se desarrolla en Granada y que aparecerá de nuevo en otros de los relatos del libro. Poe y Gógol nunca se conocieron.

El segundo cuento, Diario de Erika Himmeslsgewölbe –Una lágrima- se presenta con un estilo muy distinto al anterior, con mayor simpleza sintáctica, ofreciendo un interesante contraste, aunque la enfermiza y melancólica protagonista y el enfoque de la temática amorosa son propios también de la  novela romántica. Se introduce a un nuevo personaje,  Wolfgang, que será central para el argumento de la obra y aparece de nuevo, en un encuentro casual, el protagonista del relato anterior, Johannes Haggard, anunciando al lector el puzle narrativo que constituye el libro.  La bellísima descripción de Praga, donde se desarrolla la narración, es una más de las diferentes ciudades europeas inventariadas en el libro. Las alusiones a Goethe, a Hamlet, etc. reafirman la intención hermenéutica del texto.

Libro de Ícarus -Una confesión-, es un texto audaz pleno de mitología y misticismo. Enumerado a modo de salmos,  que roza el género fantástico y el surrealismo, pleno de imágenes evocadoras, provocan en el lector una visión escénica de lo que se narra. Se inicia con un decálogo de recomendaciones poéticas sobre el amor y su expresión poética. Hamlet aparece a través del personaje de Ofelia cuya iconografía se calca de la obra del pintor prerrafaelista John Everestt Millais, La Muerte de Ofelia, título premonitorio del fallecimiento de la modelo y poeta, Elizabeth Sidall, que contrajo la tuberculosis al tener que posar horas sumergida en agua con el único calor de las velas. La alusión espacial a Bolonia como escenario real y puerta otra realidad, nos vuelve a recordar el título de la obra, dado que Europa y sus ciudades son, en cierto modo, protagonistas  del libro.

En La decadencia de la verdad, escrito a modo de diálogo platónico, se narrará lo que podría ser el núcleo argumental del libro. En este caso es Londres donde trascurre la disertación pero se alude a un interesante muestrario de ciudades sin un tramo temporal concreto. De nuevo aparecen personajes de textos anteriores que culminan el puzle de una narración que vuelve a evocar, en un intrincado argumento, a la esencia de la literatura europea. La alusión a la teoría de los géneros y a los métodos de análisis literario vuelve a ser un elemento del contenido narrativo: OSCAR. —Sea como sea, no creo que supere en estilo a lo que nos ha enseñado Johannes, eso sí, debes tener cuidado: tu pro­tagonista y tú sois demasiado parecidos. Los problemas con el mundo real acaban siendo grandísimos cuando el yo real y el yo ficticio están así de unidos.  

En Hamlet en VeneciaUn sueño-, el narrador, Wolfgang, alter ego del autor y uno de los personajes, utiliza el género epistolar para descifrar nuevas claves del texto y, a su vez, elimina la barrera entre la realidad y la ficción introduciendo a su propia madre y a su editor en el texto. El homenaje a Shakespeare queda patente en el propio título y en las continuas alusiones a Hamlet, con el que se identifica:

Hamlet, como yo, sufre terriblemente de bilis negra. La trai­ción de varias personas que amaba lo han sumido en una pena que lo hace incapaz de solventar sus problemáticas: «I have lost all my mirth», responde con toda sinceridad a los que no son sinceros con él. El no solventar sus problemas por culpa de la melancolía le trae más problemas, y su carga tremenda lo lleva progresiva­mente a perder la ilusión en la vida.

En definitiva, nos encontramos ante un claro ejemplo de relatos entrelazados, Intertwinad stories, dado que cada una de las cinco historias, a pesar de ser independientes, comparten un argumento común, en un ejercicio metaliterario que introduce bellísimas descripciones de ciudades europeas, en un logrado intento de homenajear a la literatura surgida en ellas.