Por Miguel Arnas Coronado
Fernando de Villena
Los nueve círculos
Barcelona, Editorial Carena. 2021
El tiempo es tema preferido de Fernando de Villena: visto desde los personajes que lo viven, o incluso utilizando un objeto que, al pasar de mano en mano, recorre el tiempo muy por lo largo. En esta novela utiliza dos personajes que narran la historia de España desde 1956 hasta hoy al tiempo que cuentan sus memorias, los avatares más o menos dramáticos que les salen enmarañados con esa historia hispana que a todos nos viene afectando.
Arturo y Margarita coinciden en su primera infancia, hijo él de los propietarios de unas tierras e hija ella de los aparceros. En un final muy sorpresivo vuelven a coincidir, pero esas memorias contadas son absolutamente independientes.
Las divide De Villena en nueve círculos conforme avanza el tiempo, desde una infancia idílica para Arturo y frustrante para Margarita, indicándonos, acaso, un descenso a los infiernos dantescos, espectadores ambos personajes de un deterioro social progresivo que se manifiesta en él, hijo de familia acomodada, en un gradual disgusto por una sociedad a la que ve pudrirse desde dentro, y en ella, hija de trabajadores, en un ascenso político y su correspondiente emporcamiento en la corrupción. Perversión que nuestro autor nos muestra como generalizada, siendo repugnante para Arturo, en tanto es casi aplaudida, de una forma un tanto inconsciente, por Margarita quien, integrante de partido en el poder, se aprovecha y disfruta de esos lujos que, por su inicial condición económica, siempre le habrían quedado vedados. Incluso el final turbador está empapado de esa corrupción que alcanza hasta el hoy.
Es sobre todo este personaje femenino quien está magníficamente delineado: en sus contradicciones y aspiraciones a un lujo del que siempre careció y que, por su arte trepador y el de sus amistades, encuentra milagrosamente a mano.
La historia española reciente se resume en esta novela: la posguerra, el despegue de los 60, las algaradas y huelgas de los primeros 70, la muerte del Dictador, la Transición, la movida, la intentona de golpe de Estado, las drogas, el aterrizaje del socialismo en el gobierno, la explosión del 92, el terrorismo, los cambios políticos y por fin, claro, la corrupción. No olvida, a pesar de todo, el autor la influencia de los grandes intereses económicos extranjeros y la influencia que estos han tenido en nuestra vida cotidiana, ni tampoco leyes que han beneficiado u otras perjudiciales, como la LOGSE, espantajo o monstruo para De Villena.
Y todo con una delicia de prosa que acaricia a la ciudad de Granada, que el autor nos dibuja tan depauperada en su belleza antigua por políticos interesados, o lo que es casi peor, indiferentes, y por especuladores con sus tierras y sus edificios famosos.