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UNA COLMENA AL SUR

Sur es una magnífica novela, llena de brillo y de tensión.

Por Ricardo Bellveser

Antonio Soler

Sur

Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2018

––Los mejores trenes, a ver si lo digo, espera ––Céspedes hace acopio de memoria con otro trago, Carole lo observa con la barbilla levantada––. Sí. Así es: son los trenes que no van a ningún parte los que mejor nos llevan. Luis Mateo Díez.

––¿Quién es? ¿Otro amigo tuyo?

––Es uno de los mejores, no, eso quisiera yo, un magnífico escritor.

––¿Es raro no?

––Qué es raro.

––Es raro que siendo, dedicándote a lo que te dedicas te gusten tanto los libros, la literatura.

Escribe Antonio Soler (Málaga, 1956) en su novela Sur, I Premio de Narrativa Alcobendas Juan Goytisolo, candidata al Premio de la Crítica Andaluza y ejemplo de viveza en los diálogos, aparte del hecho simpático de que el Mateo Díez, citado en la novela, era miembro del jurado que le premió, junto a otros ilustres escritores como Juan Cruz, Antonio Lucas, Juan Antonio Masoliver, Mercedes Monmany y otros. No lo digo con ánimo de denuncia sino con simpatía.

Sur es una magnífica novela, llena de brillo y de tensión. En las primeras líneas del libro, aparece ante nosotros, en el suelo, el cuerpo de un hombre moribundo, que luego sabremos que es el abogado Dionisio Campos, cubierto de hormigas, y en el mismo escenario, pero arriba, un cartel publicitario en el que “Un hombre abrazado por detrás a una mujer, acostados, supuestamente desnudos bajo la sábana que los cubre, y a su lado la leyenda ‘Renueva tu colchón, renueva tu pasión”. Tensión literaria bien notable. Por cierto esta escena es casi irrelevante en el continuum narrativo.

A partir de ahí discurre un alud de más de doscientos personajes, a los que se destina al final del libro, un “censo” para poder saber y recordar cada uno quién es en este festín del teatro humano, con el que Antonio Soler retrata el tejido urbano y humano de Málaga, ciudad en la que sucede la novela aunque no se la cita por su nombre.

Es difícil resumir en unas líneas de qué va la novela, porque sobre todo lo demás, es un asombroso desfile de tipos, de todo tipo de tipos, una foto polaroid  de las clases populares, sin caer en la tentación de hacer de ello costumbrismo, tan fácil hablando de Andalucía y los tópicos del sur, con las que Soler construye una historia urbana de hoy.

Y tan de hoy, porque todo sucede en el año 2016, durante 18 horas continuadas, es decir, menos de un día que es lo que necesitó, Virginia Woolf para su ‘Señora Dalloway’, Alfred Döblin para su ‘Dublin alexanderplatz’, o Joyce para su ‘Ulysses’ a quien se homenajea con las páginas de diálogos, de narración directa y con su extenso monólogo interior, sin puntos, comas ni ilativas. Tan soberbias como asfixiantes son las  páginas en las que se recrea el calor de las noches malagueñas, se describen escenas de sexo explícito, y se construyen vibrantes y cinematográficas conversaciones.

Porque en Sur tiene una enorme relevancia los aspectos ambientales y atmosféricos, en un sentido tanto real, como metafórico. Sur es una novela de ambiente, una inmensa colmena, en lo literario diestramente ejecutada.