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Tres Antologías diferentes

Si se hubieran puesto de acuerdo los tres poetas para publicar sus textos antológicos seguro que no habrían coincidido en el tiempo como ha sucedido realmente en estos días. A los tres vates que se citan en este Escaparate de libros les une una amistad larga y duradera, la pasión por la poesía de calidad y un movimiento o corriente poética de la que participaron activamente.

Por José Antonio Santano

Si se hubieran puesto de acuerdo los tres poetas para publicar sus textos antológicos seguro que no habrían coincidido en el tiempo como ha sucedido realmente en estos días. A los tres vates que se citan en este Escaparate de libros les une una amistad larga y duradera, la pasión por la poesía de calidad y un movimiento o corriente poética de la que participaron activamente. Dos son granadinos y uno sevillano: Antonio Enrique, Fernando de Villena y Pedro Rodríguez Pacheco. Cada uno por separado y sin saber los unos de los otros han publicado recientemente sus antologías poéticas. Antonio Enrique (Granada, 1953) lo hace con El siglo transparente [Antología poética 1974-2020], un volumen que abre con una cita de Wallace Stevens: «La poesía es un faisán que se pierde en la espesura» y que contiene poemas de sus veinte libros publicados hasta ahora. Como novedad a esta edición cabe destacar el comentario del autor a cada uno de los libros signados en esta antología, desde el primero de ellos Poema de la Alhambra (1974) hasta el último Resplandor (2020), al indicar el proceso de creación o el tiempo empleado en cada uno de los poemarios y las referencias críticas del mismo, algo novedoso en este tipo de textos. Sobre la poesía contenida en esta antología, ya se ha dicho mucho, bien y variado, de tal manera que los lectores podrán encontrar en esta bella edición una de las voces más destacadas de la poesía española y andaluza, de múltiples registros y temáticas. Como muestra de esta antología sirvan los versos que se reproducen a continuación pertenecientes a su libro La palabra muda: «Llueve sobre la luna la carbonilla / de los calcinados. / Se posa sobre los hombros la ceniza / y se respira las almas que ya no vuelven. // El tren maldito / no para de resoplar / anclado en el andén. / Lo ves de lejos cada día, / brillando como un ataúd interminable».

La segunda de las antologías viene de la mano de Baker Street Ediciones, titulada Las estaciones de la existencia. Antología poética (1980-2020), cuyo autor es el también poeta granadino Fernando de Villena (1956). La producción poética de Fernando de Villena es extraordinariamente fructífera. Ahora, con esta nueva antología de su larga andadura como poeta, nos ofrece lo mejor de su trayectoria, y esta es una invitación que no se puede rechazar en modo alguno. Desde 1980 y hasta 2020 es el periodo elegido para estas Estaciones de la existencia, en las que hallamos verdaderas joyas, versos inolvidables, la esencia de un pensamiento que trasciende la realidad para convertirse en conmoción. La poesía como catarsis o estado de gracia. La selección de poemas pertenecientes nada más y nada menos que a treinta y cuatro obras poéticas es aval suficiente para adentrarse y bucear en este relevante legado del poeta granadino. Paisaje y paisanaje que el poeta siempre supo elevar a la condición de arte, donde el lenguaje adquiere una nueva dimensión para llevar hasta el lector la esencialidad de su poesía. Enmarcado en la corriente llamada “Poesía de la Diferencia”, como también el poeta Antonio Enrique, esta es una excelente oportunidad para reafirmarse en la excepcionalidad de una poesía que bebe de la mejor tradición, pero que al mismo tiempo aporta elementos diferenciadores, pero de una calidad indiscutible. Sirvan como ejemplo estos versos de su libro Estampas de vejecía: «Al fin, después de tanto andar a ciegas, / descubres la grandeza del silencio, / la dicha de quedarse sólo en lo esencial / o la gran hermosura que el bien siempre conlleva».

La tercera antología toma por título Memorial del Arte de la Seda. Antología apócrifa, del poeta y profesor Pedro Rodríguez Pacheco (Sanlúcar la Mayor, Sevilla, 1941), y al cuidado del maestro editor José Membrive (Ediciones Carena). En el prolegómeno del libro el autor expresa, aún estando en desacuerdo con opinar sobre el contenido de un libro y de forma excepcional, cómo se gestó el presente texto, del que dice que organizó como «una antología apócrifa”, en la que «hay muchas dedicatorias, es un libro de despedida y rindo, poema tras poema, culto a la amistad, al amor, a los recuerdos…». Con todo, Rodríguez Pacheco nos tiene acostumbrados a la disensión razonada tras honda reflexión, al considerar que el pensamiento libre nos enriquece y nos distancia de la mediocridad en la que vive la sociedad actual. Memorial del Arte de la Seda es, sin duda alguna, una antología que se aparta de los modos y modismos, que resurge de la necesidad de expresar poéticamente lo acontecido, lo vivido y sentido, siendo la emoción la clave sobre la que se sustenta su poética. Como parte también de la llamada “Poesía de la Diferencia” reclama la libertad como esencia misma de la expresión poética, lingüística y literaria frente a “la Experiencia” y, sin embargo, cuidado con los estudios oportunistas que solo han citado a la corriente “de la Diferencia”, por intereses espurios, por conveniencia o proyección académica. Pedro Rodríguez Pacheco es una voz imprescindible de la poesía española contemporánea, le pese a quien le pese, y muestra de ello es su impecable trayectoria no solo como poeta, sino también como profesor universitario, ensayista y conferenciante. Por todo ello, importa dejar claro en este breve comentario que este libro, Memorial del Arte de la Seda viene a corroborar lo dicho y a engrandecer el panorama poético español y andaluz con su siempre vibrante, lumínica y emocionada palabra. Para dar fe de ello, como en los dos casos anteriores, veamos una muestra de su poesía, con unos versos pertenecientes a Esquizofrenias galantes, concretamente del poema “La ruta de la seda” y dedicado a su Griselda: «… para vestir de espléndido brocado / las palabras que vierto en tus oídos / y que aceptas, sabiéndolas / las palabras más bellas con las que / tú te dejas vencer, / como yo soy vencido / susurrando los dos antiguas preces / de una logia masónica de pájaros / que cantan sin saber qué es la alegría». Tres asombrosas antologías de tres poetas diferentes pero unidos en el fervor por la palabra poética, por la vida.