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LA DELICADEZA DEL BUEN LECTOR

El tiempo, siempre acechante para cobrase nuevas víctimas, es el conjurado por páginas, tinta, emoción: Paco Torres, que sabe leer los tejemanejes de Cronos, no somete al sujeto poético a sus rigores, más bien pretende exorcizar las cicatrices que deja en el costado el paso de los días.

Por Juan Peregrina Martín

Francisco Javier Torres

Notas para un libro futuro,

Centro Generación del 27 (Málaga, 2022)

Paco Torres es editor. Editor malagueño, casi nada. Por lo que ha leído y tenido que leer una ingente cantidad de libros. Y eso curte. Escribe como quien lee atento a encontrar aquello que le apasiona, le sorprende y le hace olvidar que no podemos olvidar del todo que nuestro fin es único e irreversible.

            La delicada visión y vigilancia que mantiene el antequerano Torres sobre la realidad transforma la capacidad original que el verso tiene para conmover. En estas ‘notas para un libro futuro’ (con Valente en la cabeza por aquellos magníficos fragmentos), el poeta destila esencia de Vicente Núñez, ecos de Juan Ramón, sabiduría de Juan Gil Albert. Una extraña serenidad se apodera del vitalismo que impera al recordar la infancia, su querido Mediterráneo o la memoria de quienes forman parte del pasado.

            Una sutil expresión de sensualidad, en versos que son frágiles como los líquidos fragmentos que escapan de la espuma de la famosa ola de Hokusai nos impregnan de un erotismo que trabajamos a leer los poemas, que sentimos al degustarlos y que experimentamos en el intelecto al releerlos en nuestro interior.

            El tiempo, siempre acechante para cobrase nuevas víctimas, es el conjurado por páginas, tinta, emoción: Paco Torres, que sabe leer los tejemanejes de Cronos, no somete al sujeto poético a sus rigores, más bien pretende exorcizar las cicatrices que deja en el costado el paso de los días.

            Con una simbología propia, bien utilizada y logrando ser comunicativo, el poeta logra encandilarnos por su melancolía, su caricia andaluza que es apenas brisa marina en un rostro enamorado y nos ofrece desde una meditada concepción de la vida y la muerte, unas reflexiones memorables en versos hondos, trabajados en una soledad que, lejos de ser infructuosa, parece recordarnos que el método natural de la escritura se vive en una solitaria relectura y reescritura de mitos y concepciones personales, antes que en una orgía pública de desnudamiento supuestamente lírico tan caro hoy por algunas figuras de la lírica española contemporánea.

            Una merecida edición del Centro de la Generación del 27 de Málaga de una obra que viene gestándose desde hace más de treinta años, bellamente editada y prologada, con la que podemos conocer a un poeta delicado que hace gala de las armas de todo buen escritor: selección rigurosa del léxico, temas universales y un hondo sentido de la belleza, previamente tamizado por la delicada contemplación del mundo que nos rodea y que Paco Torres es capaz de hacernos sentir con una dichosa plenitud.